Una joven alemana muy zorra es el regalito de este viejo con el que disfruta de un polvazo, algo que el señor no pensaba que ocurriría jamás. Le demostró que aún estaba a la altura, penetrándola con fuerza como nadie había hecho antes, hubo mucho sexo oral, incluso se atrevieron con un 69, hasta que por fin el sexo acabó en una corrida en la boca de la rubia que le supo a triunfo.