Para muchos hombres, que tu novia sea la mujer más zorra es un regalo, porque no hay nada más placentero que verla y sentirla cabalgando tu polla, sentada a horcajadas encima tuya, mientras conduces tu coche preferido con las ventanillas bajadas, el aire en la cara, y a vista de cualquier mirón con el que te cruces. Ese es el sueño de muchos hombres, sin duda.