
La verdad es que está un poco cansada de ver a su hijastro todo el día más caliente que el palo de un churrero. Se pasa el día haciéndose pajas y espiándola cuando va al baño, así que decidió tomar cartas en el asunto y una tarde en la que los dos estaban solos en casa, se metió en su dormitorio y le regaló una follada tan especial, que el joven la va a recordar de por vida.