Aunque cuando llegó se mostró muy tímida, sin duda
Emma Stoned salió de la escena que protagonizó en el casting muy contenta. Y es que poco a poco se fue soltando, tras empezar ella sola jugando con su coño delante de las cámaras. Pero lo mejor vino en cuanto tuvo a tiro un buen pollón, con lo que ya si pudo desmadrarse a gusto. Ahí sacó su lado más salvaje y golfo, para montar con ganas a un semental y termina el polvo con su preciosa cara bañada en semen, demostrando que puede tener cabida en la industria.