Desde que se subió al avión y se sentó en su butaca, para lo único que tenía ojos es para la azafata macizorra rubia que estaba trabajando en el avión. De hecho, en pleno vuelo fue a charlar con ella a primera clase y se la encontró masturbándose mientras ojeaba una revista porno, ahí fue cuando decidió entrar a «matar» con tan buena suerte que ella estaba super cachonda y no tuvo reparo en follar con él intentando hacer el mínimo ruido para no levantar sospeches en el resto del pasaje.