Aunque el libro que leía le estaba pareciendo muy interesante, parece que la vieja gordita acabó distrayéndose en cuanto tuvo cerca al joven encargado de la piscina. De hecho fue ella precisamente la que le dijo que se tomara un pequeño descanso e incluso le invitó a ponerse cómodo sobre su sofá, donde empezó a seducirle. No es que sea el tipo de mujer que al encargado de la piscina le gusta, pero no dudó en aprovechar la situación y como vemos, terminó por satisfacer a la señora con una follada como las que le echaban cuando era una jovencita.